Los de 4º del Riomar decidímos participar y por grupos lanzamos ideas y luego nos pusimos manos a la obra. El reto era difícil porque los otros coles habían hecho unos trabajos estupendos, muy originales y preciosamente presentados. Al final, asumimos el reto y nosotr@s también colaboramos con nuestras rimas. Fue más fácil de lo que pensamos ya que para nosotr@s, Leonardo Rucabado es un viejo conocido. Tuvimos la suerte de ver la exposición que hubo sobre él en la Biblioteca Central de Santander hace dos años.
Rucabado
Rucabado, Leonardo Rucabado
Leonardo Rucabado que
era arquitecto
no solo fue listo sino también perfecto.
Rondaba el año 1875 cuando en Castro nació
así que en Castro su espíritu se quedó.
Fue un arquitecto que tuvo su momento.
Edificios suyos quedaron,
aunque otros los
derrumbaron.
Estudió en Bilbao, después en Barcelona
pero lo más importante es que
era una buena persona.
Empezando
arquitectura en 1891
quisó ser el número uno.
A él le encantaba tanto escribir
como construir.
Sus planos eran preciosos
así como sus
edificios majestuosos.
En 1913 obtuvo una medalla de oro
y todos gritaron a coro.
De estilo montañés hizo el chalet Sotileza,
con mucha destreza y gran riqueza.
En Santander, durante el año 1916,
creó la biblioteca Menéndez Pelayo
poniendo de veleta un gallo.
Realizó la casa Montero
y años después la alquiló un motero.
También hizo los Chelines
el día que se compró unos calcetines.
Construyó a su familia un panteón
con mucho amor en el
corazón.
En fin, estuvo bien mientras duró
pero en 1918 falleció por una gripe que cogió
y en el cementerio
de la Ballena acabó.
Ya para terminar de
celebrar su centenario:
aunque Leonardo Rucabado nos dejó
algunas de sus obras, no.
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